Replanteo y Excavación de Zanjas
Replanteo y excavación
Para el replanteo, como paso previo a la excavación, debe ser marcada, colocada y referenciada con precisión la línea que pasa por el centro de la zanja y el ancho de la superficie de la zanja.
Cuando se requieran marcas temporales de colocación, deben establecerse en puntos donde no sea probable que sean quitadas o movidas.
Los intervalos entre las operaciones de excavación, instalación de la tubería, y relleno de tierras, deben ser lo más breves posibles. De esta forma se consigue:
· Acortar el tiempo de reutilización de los elementos de entibación si los hubiere.
· Prevenir posibles inundaciones de la zanja y derrumbes en la misma.
· Reducir la necesidad de controlar el agua subterránea.
· Reducir los requerimientos de los equipos.
· Minimizar las roturas de los servicios existentes.
· Acortar las perturbaciones al tráfico.
· Reducir los peligros de accidentes.
· Reducir impactos medioambientales adversos.
Por ejemplo: un tiempo prudencial sería que no transcurran más de siete días entre la excavación de la zanja y la colocación de la tubería.
En el caso de terrenos arcillosos o margosos (arcillas, limo y arena) de fácil retención de líquido, si fuese absolutamente imprescindible efectuar en más tiempo la apertura de las zanjas, se deberá dejar sin excavar unos veinte centímetros de la base de zanjas, para realizar su acabado en un momento posterior.
Las zanjas pueden abrirse a mano o mecánicamente, perfectamente alineadas en planta y con la rasante (línea de la base) uniforme, salvo que el tipo de tubo a emplear precise que se abran huecos. Estos huecos del fondo y de las paredes no deben hacerse hasta el momento de montar los tubos, para asegurar su posición y conservación.
Se excavará hasta la línea de la rasante siempre que el terreno sea uniforme; si quedan al descubierto elementos rígidos tales como piedras, rocas, fábricas antiguas, etc., será necesario excavar por debajo de la rasante para efectuar un relleno posterior, manteniendo la capacidad portante del terreno. De ser preciso efectuar voladuras para las excavaciones, en general en poblaciones, se adoptarán precauciones para la protección de personas o propiedades, siempre de acuerdo con la legislación vigente o las ordenanzas municipales, en su caso.
El material procedente de la excavación se apila lo suficientemente alejado del borde de las zanjas para evitar el desmoronamiento de éstas o que los desprendimientos puedan poner en peligro a los trabajadores. En el caso de que las excavaciones afecten a pavimentos, los materiales que puedan ser usados en la restauración de los mismos deben ser separados del material general de la excavación.
La forma en que se apile la tierra removida condiciona el empleo del equipo de excavación, la necesidad de entibaciones y las operaciones de relleno.
En el caso de instalaciones en zanja, el material extraído se usa frecuentemente para el posterior relleno, por lo que es conveniente acopiarlo a lo largo de la zanja a una distancia adecuada de uno de sus bordes. Una buena regla, en el caso de zanjas sin entibación, es situar la tierra extraída a una distancia del borde de la zanja no menor que la mitad de su profundidad.
Si la zanja se encuentra entibada suele ser suficiente una distancia libre de 90 cm.
En caso de calles estrechas, deben disponerse unas plataformas de madera que eviten la irrupción de tierras en las aceras.
Estas plataformas se deben hacer con tirantes, como se aprecia en la figura para que las propias tierras la estabilicen.
En calles estrechas o de mucha circulación es forzoso recurrir a veces al transporte de tierras a vertederos próximos y a nuevo relleno desde dichos vertederos para evitar reclamaciones de los vecinos.
La tierra amontonada en la proximidad del borde de la zanja produce una sobrecarga que afecta a su estabilidad. La capacidad de la pared de la zanja para soportarla depende del grado de cohesión del suelo. Dicha sobrecarga debe ser considerada al estudiar la estabilidad de los taludes (verticales o no) que constituyen las paredes de la zanja. Cuando la estabilidad del talud no resulte suficientemente segura la zanja debe ser entibada.
La apertura de zanjas muy profundas o muy anchas produce un gran volumen de tierras extraídas cuyo peso puede resultar excesivo para la estabilidad del talud. En este caso será necesario alejar una parte de dichas tierras o extenderlas en una mayor superficie. Si se prevé utilizar como relleno las mismas tierras procedentes de la excavación, éstas deben ser inspeccionadas a fin de retirar trozos grandes de roca, terrones helados, pedazos de escombro, y todo aquello cuyo peso y dureza pueda causar daños a la tubería en el impacto de caída o producir presiones puntuales al compactar el relleno.
En el caso de alcantarillado, con arreglo a los planos, se fija el eje de las zanjas de las alcantarillas clavando estacas en los bordes y, sobre ellas, un listón de madera que se coloca en rasante y alineación mediante niveletas. En los cambios de rasantes es donde ha de darse al encargado de obra la cota desde el listón hasta la solera de la zanja.
Los listones deben pintarse de blanco y rojo a cada lado de la línea de eje de alineación. Abierta la zanja y llegando a las proximidades de la cota de solera, se fija la alineación de la misma mediante un cordel tenso y se clavan estacas en el fondo a 10 ó 15 metros una de otra, que se hincan con cuidado hasta ponerse a la rasante justa, mediante niveletas.
Se pueden utilizar los diferentes equipos de excavación disponible. La selección del equipo más eficiente para una operación de excavación específica es importante, considerando que todo el equipo de excavación tiene limitaciones prácticas y económicas. Las consideraciones incluyen el tipo y cantidad de material para ser excavado, profundidad y anchura de excavación, las limitaciones dimensionales establecidas en los planos, tamaño del tubo, espacio de operación y colocación de las tierras excavadas. Los equipos más usuales pueden ser modificados o adaptados para su empleo en la mayoría de operaciones de excavación y movimiento de tierras.